ANDROPAUSIA (siete sonetos)

pensador rodin

1

Si pasando los cuarenta

ya te asalta la andropausia,

y la edad ya te desahucia

la más joven cornamenta,

y el espejo es una chanza

que te pone en duro brete:

donde había un mozalbete

ahora muestra un sancho panza,

y te pesan ya los años

y el badajo no se empina

como se empinaba antaño,

¡no me seas carcamal!

Deja en paz a la vecina,

¡y sé más digno, chaval!

2

Conducir un deportivo,

ajustar los pantalones

(que se noten los cojones):

sentirás que estás más vivo.

Flirtear con veinteañeras,

sonreír impunemente

y rayando lo indecente

estudiarle bien las peras.

¿Pero hablar sobre el asunto?

Eso el mito lo prohíbe,

pues un hombre no concibe

desahogar su frustración.

¡Eso es de maricón!

No has de hablar de esto y punto.

3

¿Y por qué será que un hombre

a explayarse no se atreva,

escapando de su cueva

sin que a algunos eso asombre?

¿Es que a un hombre está vedado,

no ser ya una plañidera,

sino al menos que pudiera

descargar de lo tragado?

Reprimida la mujer

como el hombre en su doler.

Reprimidos ambos son.

El machismo tiraniza

y ambos sexos paraliza.

Es la misma la prisión.

4

Macho ibérico, no puedes

bajar nunca esa, tu guardia,

así sufras taquicardia

compostura guardar debes,

ceño prieto, mueca dura

cual estatua de soldado

que se enfrenta así a su hado

arrostrando la aventura.

A quejarte no te atrevas,

y del sitio no te muevas

aunque estén lloviendo balas.

Cuando muerto, tu epitafio

quizá diga algo muy zafio:

“DE SER NECIO HICISTE GALAS”

5

¿Y ahora? ¿Quién te llora?

¿Quién tu ausencia se lamenta

si jamás te diste cuenta,

hasta que llegó tu hora,

que cerrado el corazón

al humano sentimiento

provocó envilecimiento

y del resto la escisión?

Si a vivir volver pudieras,

¿vivirías diferente,

más cercano a esa, tu gente?

Meditarlo ahora debieras,

pues tu Yo aún no se ha disperso:

fue tan sólo broma en verso.

6

Ya que aún no estás deceso

que estás vivo que se vea,

grita y llora y patalea,

que es señal de tener seso

desahogar el sentimiento

que, enquistado, te envenena

y la vida te la drena

del tejado hasta el cimiento.

No lo tomes por rutina,

pero un día a la semana

no será cháchara vana.

No hay verdad que te defina,

que al vivir la vida a diario

no es el tiempo tu adversario.

7

No ha de ser ningún dolor:

te haces viejo, es ley de vida.

Si lo niegas es herida

que avergüenza al portador.

Si fluyendo con natura

bien lo aceptas, al contrario,

tornarás mucho más sabio.

Esto es cosa segura.

Todo tiene su momento,

todo tiene su lugar,

todo fluye sin cesar.

En eterno movimiento

todo viene y todo va.

Estar vivo bastará.